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En la
película se denuncian varios focos críticos que, considero, aplican no solo a la región de Bolivia sino a la
totalidad de Latinoamérica y mucho más allá.
De
entrada, se esboza la situación precaria en la que viven los habitantes de
Cochabamba, quienes conservan muchas de sus raíces y costumbres en especial la
lengua, pero no han sido tenidos en cuenta por su gobierno y son explotados en
su región. A la llegada del equipo de grabación, los indígenas son subestimados
por algunos de los personajes como es el caso de Costa, el productor de la
película quien ve en los aborígenes no más que un negocio rentable. Así, surge
el tema del creer que porque se tiene más educación y una alta posición social
se es superior al otro y se tiene el poder de manipular todo al acomodo propio, imperando siempre el beneficio personal más que el de una sociedad.
El
conflicto es más visible cuando se les declara a los indígenas la privatización
del servicio de agua y se cierra cualquier posibilidad de acceso a ella,
incluso se prohíbe la recolección de la lluvia. Con esto se toca el punto tan
íntimo al que se ha llegado a oprimir al indígena y es el de tratar de quitar un
vínculo intrínseco que tienen con la naturaleza, con la tierra, a lo que
todos libremente tenemos derecho. El hecho de prohibir la recolección de la
lluvia muestra el estado de violación al que ha sido sometido el aborigen quien
ha tendido desde un principio por parte de las altas clases sociales humillaciones y desprecios, quienes
se han encargado de robarles todo lo material y ahora amenazan con querer quitarles algo básico y libre como si fueran los dioses de ese lugar.
Además, en esta película confronta al espectador frente al hecho de cómo actuaría en una
situación parecida. Presenta la actitud de muchos que no les importa lo que
sucede con los demás; muestra a otros que aunque se duelen por el otro no
pueden ni quieren hacer nada por él porque está en riesgo e bienestar propio, y, finalmente, reivindica al español en el personaje de Costa como
el único que es capaz de dejar su egocentrismo a un lado y arriesgar su
vida por salvar a sus amigos indígenas que antes había agredido con algunas
actitudes de desprecio y que en ese momento necesitaban de su ayuda.
El hecho
de involucrarse y ponerse en los zapatos
del otro es lo que hace que en la película se rompa el mito de ver a Colón como
el descubridor de América y empezarlo a ver como el colonizador e impositor de una cultura
que vino a robar todo lo que pudo y encontró a su paso. El hecho de tener
verdadero contacto con el otro es lo que hace que se comparta los mismos
sentimientos y emociones y que nos impulse a soltarnos los brazos y a intentar
hacer algo por el mejoramiento del lugar y de las personas que nos rodean.
Considero,
así, que esta película vale la pena tenerla en cuenta como una de las primeras
voces de la conciencia frente a tantos grandes imperios que han querido acallar
a sus coterráneos con el fin de sustraer todas las riquezas por las que ellos han trabajado y luchado, para introducir a la fuerza la modernización en esos lugares ancestrales.
Aunque en el filme se reproduce la resistencia desde una forma violenta, hoy muchos
claman y dicen a gran voz: ¡No más! con silencios y dignidad.